lunes, 16 de julio de 2012

¡Viva la Virgen del Carmen!

Hoy es uno de mís días favoritos del verano,siempre me ha gustado mucho la procesión del Carmen, ¡una procesión que es en el mar! Recuerdo la primera vez que fui cuando era pequeña en la Isleta del Moro, mi emoción solo fue comparable a la que sentí el día que vi llegar a los Reyes Magos por el puerto y es que lo mío debe ser obsesión marítima. En fin que después de un día de barcos engalanados, cohetes y bandas de música, quiero dedicarle esta entrada a una Carmen que como ella misma decía no es la de Merimé: Carmen Sevilla.
Carmen Sevilla debutó muy jovencita en la compañía de Estrelita Castro pero pronto dio el salto al cine y se convirtió en la novia de la España franquista. Cantaba y bailaba con soltura y actuaba con gran desparpajo y naturalidad además era guapísima pero con una belleza cercana que no resultaba amenazante para las mujeres y seguía siendo seductora para los hombres. Carmen interpretó innumerables productos folclóricos de la época pero ser una musa del régimen no le impidió protagonizar La Venganza de Juan Antonio Bardem, premio de la crítica del Festival de Cannes y primera película española candidata al Óscar en la que mostró mucho más que belleza y gracejo y supo dar vida con gran convicción a la hermosa segadora Andrea. Una película en la que por cierto Bardem logró colar a la censura franquista un "La tierra es grande y en la tierra cabemos todos", situando,eso sí, la acción en la Segunda República.
Compartió pantalla con Charlton Heston en alguna de esas supercoproducciones que se rodaban por aquí en aquel entonces y no sé si en esa o en otra interpretó a la Virgen María.
Contaba la simpar Lola Flores que el gran Cantinflas intentó seducir a Carmen con un diamante pero ella, que no debía conocer la canción de Marilyn Monroe, lo rechazó y cayó en los brazos del donjuanesco compositor Augusto Algueró que muy buena vida no le dio y del que se acabó divorciando.
Carmen continuó su carrera en el cine llegando a protagonizar un destape tardío luciendo unas carnes ya no tan lozanas. Se retiraría por un tiempo para  después volver la televisión con esa insoportable ingenuidad cañí de  ovejitas y zapatillas. Por eso yo prefiero quedarme con la Carmen guapa y picarona que iluminó los grises días posguerriles a millones de españoles y os dejo este enlace. Por cierto y muchas felicidades a Carmen Sevilla y a todas las cármenes.
Yo soy la Carmen de España

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