domingo, 1 de julio de 2012

Otro mundial

Hoy es la final del Mundial y se enfrentan España e Italia, "una final muy mediterránea" dirán previsiblemente nuestros ingeniosos comentaristas deportivos. Sin embargo en un día como hoy prefiero quedarme con una de las colaboraciones hispano-italianas más divertidas de la historia. Marco Ferreri y Rafael Azcona se entendieron a las mil maravillas para crear esta comedia negrísima que retrataba las penurias posguerriles de la vivienda y que en este siglo XXI siguen desgraciadamente igual de vigentes. En El Pisito, Rodolfo y Petrita (José Luis López Vázquez y Mary Carrillo) llevan doce años de novios pero no pueden casarse porque no tienen dinero para comprarse una casa, sin embargo hay una esperanza, Rodolfo sólo tiene que casarse con doña Martina (Concha López), su anciana y enferma casera y de ese modo heredará el ansiado pisito. Neorrealismo a la española en El pisito.

2 comentarios:

  1. Querida Eli:
    En este campeonato me he sentido muy lejana de los italianos. Me he pasado la vida celebrando sus goles, y recuerdo que embarazada de Diego llevé incluso una falda tricolor al "Top one" para festejar que Cidane había perdido los estribos y su equipo con él. Esta vez, la casa llena de ellos, ya en el España Portugal decidieron ponerse de parte del segundo, y Daniele no levantó la cabeza del ordenador. A mi es que ya el futbol me da igual...Si si, al día siguiente, Italia contra Alemania iban a romper la cristalería con tanto grito de gol. En la final tuvimos que salir corriendo de un pueblito de Francia para que Pablo no le pegara la varicela a los demás niños así que me la escuché en la radio, pero en flamenco, y como no entendía ni mu, y no celebraban nada, solo de vez en cuando me decía: Van dos, y tres, y cuatro. Pablo y Diego decidieron ir con Italia como su padre. Y yo pensé, que bien, esta vez, gane quien gane voy a estar contenta. Pero para los italianos no ha sido así, ha sido una humillación, y sigo sin entender a esos tíos tan grandes llorando con una medalla de plata colgada al cuello, o sin entender que italianos que son ya más españoles que yo, lo hayan vivido como una humillación frente a las "Furias Rojas". Desde luego el nacionalismo no me pertenece ni en el fútbol, pero yo no tengo raices.

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  2. Querida mía:
    Tú sabes que lo mío nunca ha sido el fútbol, es más reconozco que cada vez soy más intolerante con las pasiones que desata, quizá porque efectivamente veo a personas normales en actitudes indignas o cuando menos que dan vergüencica.
    Reconozco que esta final la vi vestida de rojo y con un cinturón amarillo para que nadie pudiera dudar de mi patriotismo pero es que creo que has dado en la clave, el problema es que el fútbol que se supone que fomenta grandes valores de trabajo en equipo y vida sana, es un creador de nacionalismos y además del tipo de nacionalismo más patriotero e irracional y no sólo entre países sino entre ciudades que ni siquiera son la de uno, todavía resuenan en mis oídos las palabras de un vecino (algo desquiciado también es verdad) diciendo: Yo a los del Barça los mataba a tós. En fin, que para evadirme me quedo con el cine.
    Besos.

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